Además de salchichas...

En Vienna: la Wiener Schnitzel y los käseknopfer de Raimund (a pasitos del Museum Quartier).

RECETA # 2

Ingredientes para dos personas o un hambriento:
Berenjena - 1 unidad
Cebolla de verdeo - 3 unidades
Shiitake seco `_´ - 150 g.
Ajo - 2 dientes
Acite / Aceto Balsámico - a gusto, pero necesarios
Sal / Pimienta negra molida - a gusto
Azúca! - a gusto

Procedimiento:
Poner en una budinera el Aceite y el Aceto en proporciones iguales hasta que el fondo del recipiente quede cubierto, dado que se trata de un escabeche al horno. Cortar la cebolla de verdeo (sin mucha parte verde) en anillos. Picar la Berenjena en cubos de menos de 1 cm. de eje. Hidratar los Shiitake durante 10 minutos en agua tibia y luego filetearlos. Agregar en la budinera, intercalando sal y pimienta, primero la cebolla y los ajos, luego los hongos y por último la berenshaina. Finalmente poner sal, azúca! y aceite a gusto. Hornear durante 30'. Revolver y hornear hasta que se oscuresca y tenga buena consistencia.

Pros: Bastante fácil. Llena bien.
Contras: Lento. Cuidar los deditos de los cuchillitos y el hornito.

RECETA # 1

Ingredientes:
Fettuccini secos negros - 200 g. por comensal
Caviar rojo de Beluga - de 50 g. por comensal en adelante
Aceite de oliva extra virgen - de 10 g. por comensal en adelante
Hongos secos - 10 g. por comensal
Sal / Pimienta negra molida - A gusto

Procedimiento:
Hervir los fideos en agua con abundante sal y los hongos secos. Sacar los fideos del agua cuando estén al dente y descartar los hongos secos. Eliminar todo excedente de agua. Agregar el Aceite y el Caviar. Servir en un plato hondo. NO AGREGAR QUESO BAJO NINGÚN CONCEPTO. Agregar Sal y Pimienta a gusto. Acompañar con Vino Blanco seco enfriado en la nieve.

Pros: Fácil, para quedar como un dandy haciendo muy poco.
Contras: Ingredientes carísimos.

Aforismo # 58

"Vale la pena viajar desde el verano al invierno para disfrutar de un guiso escandinavo."

Profecía número 13

"Sus comarcas temblaron, pero no cayeron. Su corcel fue una fiel compañía. Su cuerpo y alma fueron despedidos por las Reinas del Lejano Oeste. Y su alma llegó antes al Reino del Este. Afortunadamente su arma más poderosa la llevaba consigo, y esa arma era una brújula. Mientras tanto, sonaban canciones para los sordos..."

Aforismo # 57

"Hoy nadie quiere ser el soldado desconocido."

Insignificancia

Hoy en día el hombre tiene acceso a múltiples oportunidades; tanto a aquellas enaltecedoras y alineadas con su naturaleza, como a aquellas alejadas de su naturaleza, las cuales lo convierten en un deshecho. Más allá de las catástrofes naturales que ha sabido soslayar a lo largo de la historia; hoy se encuentra expuesto a nuevas inclemencias del medio: tormentos psicológicos imperceptibles y constantes como la radiación que emiten las ruinas de Chernobyl. Los efectos de la exposición prolongada a esta misteriosa emisión se han manifestado en el ser humano como un nuevo tipo de cáncer: el sentimiento de insignificancia.

La falta de simetría en las relaciones humanas es una de las causas del sentimiento de insignificancia. Entiéndase por simetría al conocimiento mutuo entre dos personas y todo lo que ello trae consigo: amor, respeto, desinterés, odio, etc. Hoy en día, gracias a la presencia absoluta de los medios de comunicación, la cantidad de relaciones simétricas de un hombre es minúscula respecto a sus relaciones asimétricas; por ejemplo: la relación entre un ciudadano y el presidente de su país, la relación entre un espectador y un actor famoso, la relación entre uno y los que están del otro lado del mundo marchando para establecer la paz o los que están poniendo en riesgo al mundo. O sea, uno es capaz de conocer a gente honorable, cuestionable, aborrecible, heroica e incluso saber hasta el mínimo detalle de la vida sentimental de un personaje famoso; sin embargo, ninguno de ellos lo conoce a uno.

Antes, las proezas de un valiente desconocido eran relatadas en sagas de héroes y la muerte sólo podía verse en el seno de la tribu o en el campo de batalla. Es decir, existía una polaridad entre leyenda y cruda realidad; y a cada extremo se le asignaba el valor que le correspondía. Hoy en día el mundo entero pasa delante de nuestros ojos y sólo queda aceptar lo que se ve en la pantalla; ya no hay más lugar alrededor del fuego para las encantadoras leyendas, ni en el pecho del enemigo para el sable de acero. La información convirtió a la realidad en una nítida, pero estéril imagen; que no es ni leyenda ni cruda realidad.

Por algún motivo, la naturaleza determinó que los sentidos del hombre deben limitarse a su entorno; sin embargo, en el afán de quebrar los límites de la naturaleza, aquél creó diversas soluciones ortopédicas para ver y oír lo que pasa al otro lado del mundo. Pero se olvidó de la necesidad orgánica de darle a todos sus sentidos señales coherentes entre sí. El hombre vive una realidad claramente incoherente a nivel orgánico, con lo cual es de esperarse que ello influya en su mente.

La insignificancia está al mirar a los ojos de alguien que no nos ve, al reclamar a alguien que no nos oye, cuando las personas que nos conocen son tan solo un puñado en comparación con las que conocemos, cuando lloramos por alguien que no nos conoce y cuando la muerte se convierte en una estadística.