Recuerdo que se sacó los anteojos y muy pacientemente, como de costumbre, me explicó que las fichas de dominó constan de dos partes; y que cada una de ellas tiene un número que sirve para conectarse con otras fichas que tengan el mismo número. Que ese era el principio del juego.
Siempre tienen dos partes, me decía; a veces son iguales, otras no.
Yo era chiquito... Le pregunté si esas dos partes tenían importancia cuando jugábamos a voltear la filita de fichas; y, riéndose, me respondió que nada que ver... que ese era otro juego.
- ¿Otro juego?
- Claro. ¿O acaso vos no podés jugar al tenis y al futbol, sin dejar de ser la misma persona?
De manera simple me explicaba el universo. La dualidad, la infinidad de posibilidades encarnada en una simple ficha. Pero claro... esas eran explicaciones para un chiquito curioso. Lamento no poder tener hoy esas charlas.
- ¿A qué venía todo esto?
- Eh... ¿Del quilombo en el laburo, no?
7 comments:
empiezo, tengo el doble 6!
que lindo texto.
Estoy entre dejar un :(
o un :)
Basta con el laburoooooooo!!! Emancipate yourself from mental slavery!
Gracias.
La angustia es el pan integral de cada día.
Te gustaría comer otra cosa, pero es lo que hay.
Buenísimo texto, realmente. Y el commment-remate, ¡uy ese remate!
Pero muchas gracias Lillí. Hace tiempo que no pasaba por aquí.
El texto seguirá... pero en clave más matemática, así que tendré que pulirlo.
Pula y comparta.
JAJAJA!
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