Argentina For Dummies

Estación del Automóvil Club Argentino abandonada y ocupada.
Pampa de Agña, Chubut.

Este relato, plagado de imprecisiones históricas, simplificaciones y exageraciones, sólo pretende mostrar ciertas regularidades a lo largo de la historia argentina y quitarle por un momento el peso de la culpa del presente al partido del pueblo. El futuro estará perdido si no se reconocen y desmantelan (o aprovechan) estas regularidades.

***


Cristóbal Colón descubrió un nuevo continente, que tiempo después fue llamado América. Quienes financiaron tan meritoria empresa fueron unos reyes españoles, absolutistas y católicos; quienes, lógicamente, pretendieron todo el territorio. Siendo tan vasto el nuevo mundo, empezaron a colarse otras naciones: ingleses, portugueses, franceses, holandeses y algunos más.


En muchos lugares encontraron civilizaciones ordenadas, arraigadas y bien establecidas, como los Incas y los Aztecas. Siendo entonces tan complicado mantener abastecida de mano de obra la empresa del otro lado del Atlántico, los delegados del monarca optaron por la opción más eficiente: cortar la cabeza política de las civilizaciones nativas y aprovechar toda su capacidad instalada de producción, la cual funcionaba bastante bien.

En otros lugares, los europeos no encontraron civilizaciones tan grandes y estructuradas, como fue el caso de los actuales territorios de Argentina, USA y Canadá. Ahí no quedaba otra alternativa que llevar población europea para poblar y trabajar. Un gran problema de las colonias españolas era su carencia de autogobierno; ya que nadie actuaba sin que lo autorizara el patrón (Virrey) de turno, recordemos: absolutista y católico. Como un día decía una cosa, y al otro día se contradecía, lo más práctico era esperar para actuar. El Virrey tenía la potestad de ejercer pleno control sobre los dominios americanos, entonces nombraba a su antojo personas de su plena confianza para que administraran las áreas que quedaban fuera de su alcance.

En determinado momento, inspirados por los gringos, algunos criollos dejaron de reconocer al Rey, y decidieron emprender la independencia… Pero como no estaban acostumbrados a cooperar y gobernar en ausencia de un patrón, se cagaron a tiros durante varios años, hasta que se dieron cuenta que si no dejaban de joder, los iba a colonizar alguna potencia invasora. En ese contexto surgió la Constitución de La Nación Argentina: un documento de ínfimo valor práctico para una cultura adaptada a un ilimitado poder central, pues estaba basado en otro documento que contenía principios adecuados a una cultura de tradición comunitaria, republicana y federal.

Al principio había un grupo que continuaba con el estilo de mando virreinal conocido como… adivinaste: la Oligarquía. La Oligarquía era un sector endogámico que acumulaba el poder político, económico y militar. El negocio era bastante redondo: el tío rico financiaba la campaña del sobrino político, quien aprobaba el presupuesto militar que pedía el primo general, el primo general arrasaba el territorio indígena, y se apropiaba de tierras que luego su primo político repartiría a precio vil entre sus tíos ricos, quienes cultivarían y explotarían usando mano de obra barata que, a los efectos cívicos y estadísticos, ni existía, pues ni siquiera tenía el derecho de votar a sus representantes.

El negocio anduvo tan bien, que la Oligarquía empezó a demandar más y más mano de obra para sus industrias; ¡pero la Argentina estaba despoblada! Fue entonces, que desde la conflictiva Europa y otras partes del mundo, empezaron a inmigrar personas esperanzadas con salir de la pobreza y la persecución. Se fueron amontonando en torno a los pocos centros urbanos que había, porque allí también se amontonaban las fábricas. Otros integraron colonias en sitios alejados de los grandes centros urbanos; hoy relegadas o casi abandonadas. También inmigraron idealistas que trajeron consigo sus teorías políticas para ponerlas en práctica: algunas más conflictivas que otras. Este conjunto de condiciones terminó de trazar el camino hacia el voto universal, secreto y obligatorio... Un avance institucional necesario para forjar una gran nación.

De repente: ¡Estalló la guerra en Europa! Por suerte teníamos cereales y vacas… Pero tan pronto se empezaron a quemar las pocas bombitas de luz que había en ese entonces, a romper los mecanismos de los trenes, a agotarse los stocks de la incipiente industria química y petrolera; se tuvieron que meter los cereales y las vacas en el culo, porque la industria nacional era muy básica y la mayoría de los bienes industrializados se importaba de Europa… Pero, lógicamente, Europa estaba muy ocupada y no podía atender el teléfono. De este modo se empezó a tomar conciencia de la necesidad de establecer una industria nacional autosuficiente.

La Oligarquía sufrió dos golpes en muy poco tiempo: primero, el voto universal terminaba oficialmente con su hegemonía; y luego, un nuevo sector económico, el industrial, empezaba a disputarle poder en la decisión de la política económica. A las cuestiones internas se le sumaba el desastre internacional provocado por el crack del '29. Algo debían hacer... Y, fiel a su impronta, no se les ocurrió mejor idea que quebrar el orden institucional con un golpe de estado, el primero en la historia constitucional, el cual puso al Fascismo en el poder antes que Alemania.

Siempre fuimos precursores.

De allí en adelante, se notó que le agarramos el gustito a esto de derrocar presidentes constitucionales. ¿Por qué esperar 6 o 4 años? ¿Acaso la Constitución no es sólo una lista de buenas intenciones? Claro. Así nos pasamos casi un siglo alternando entre liberalismo y proteccionismo; pero al menos fuimos constantes en algo a lo largo de la historia: la mayoría de los pases de mando presidenciales fueron conflictivos (incluso inconstitucionales); la justicia y el banco central siempre quedaron subordinados al poder ejecutivo de turno; y las fuerzas armadas, más que defendernos de ataques externos, se ocuparon de "resolver" problemas internos.

¿Cuál es el resultado de estos vaivenes? ¡Inseguridad jurídica, muy bien! ¿Y quién detesta la inseguridad jurídica? ¡El Capital, muy bien! ¿Y qué hace el Capital para cubrirse del riesgo que implica la inseguridad jurídica? ¡Exige tasas de retorno altísimas, muy bien! ¿Y cómo se consiguen tasas de retorno altísimas, cuando los impuestos son altos, la economía de escala no existe y la infraestructura es deficiente? ¡Con costos y salarios bajos, precios altos y mucha evasión fiscal, muy bien! ¿Y qué hacen los trabajadores para defender sus derechos y aumentar sus salarios? ¡Forman Sindicatos, muy bien! ¿Y cómo se ponen de acuerdo el Capital y los Sindicatos? ¡El Estado interviene mediando política y económicamente, muy bien! ¿Pero si el Estado destina fondos a solucionar conflictos patronales, no estaría desfinanciando la educación, la salud, la seguridad y la infraestructura pública? ¡Usted lo ha dicho, muy bien!

Según parece, ya tenemos todas las variables y ecuaciones para la fórmula del caos… 

a. una historia de centralismo y absolutismo patriarcal enmascarada por una Constitución de espíritu republicano y federal;

b. un territorio enorme, con una distribución demográfica patética, e históricamente agropecuario;

c. un Estado personalista, discrecional, prebendario e interventor fomentado por (a) y (b);

d. un tradicional desapego de la norma escrita causado por (a) y (c);

e. una economía de escala insignificante causada por (b) y una corrupción colosal derivada de (c) y (d);

f. unas condiciones deficientes de infraestructura y educación causadas por (b) y (e);

g. una población mal capacitada profesionalmente a raíz de (f);

h. una mano de obra y una industria poco competitivas generadas por (b), (e) y (g);

i. un Capital especulativo motivado por (d), (e), (f) y (h);

j. una población empobrecida a causa de (e), (g) e (i);

k. un Sindicalismo altamente combativo fomentado por (c), (i) y (j);

l. una alta tasa de desempleo derivada de (g), (i) y (k);

m. una pronunciada conflictividad social causada por (f) y (l);

n. y un Estado forzado a desviar fondos para sofocar (m).

Tal como puede observarse, todos estos elementos están interconectados y retroalimentados. Entonces, ¿cómo se detiene esta bola de nieve? ¿Tiene solución la fórmula del caos? ¿Argentina es un sistema atravesando el típico caos pasajero del régimen transitorio? ¿o se trata de un sistema que ya entró en una irreversible resonancia autodestructiva?

¡Qué lástima, un país tan rico! ¿No?

1 comment:

Carolain said...

Me pongo de pie y aplaudo mientras lloro.