Que rico es tener hambre cuando hay puchos.
Pero no hay.
La puta digo.
Entonces agarro las llaves del auto. Salgo. Prendo el auto, pongo la radio, doy marcha atrás y me la pongo contra el árbol. Algo se desconecta, la batería o algo; y el auto no vuelve a arrancar. Dejo el auto así como está y salgo corriendo, me tropiezo y caigo al barro, gateo un poco por el barro, me levanto, patino, se me tuercen las piernas y caigo nuevamente al barro. Por fin salgo del barro, sigo corriendo pero no me dan los pulmones. Toso. Toso y saboreo sangre. Sigo corriendo y veo una bici sin dueño, abandonada; miro a todos lados y la agarro.
Pedaleo y llego al kiosco. Cerrado. Desarmo a patadas el manubrio de la bici y rompo el vidrio. Entro al local y me abalanzo sobre el mostrador. Tiro todo y me lastimo el codo. Puteo en esperanto. Me froto. Sana sana. No hay Camel. No hay Camel. Después de todo esto no hay Camel.
OK, Phillip Morris. Zafa.
Salgo a través de la ventana rota, acomodo el manubrio de la bici y me vuelvo pedaleando. Dejo la bici donde estaba. Estaciono el auto y abro la puerta. Pero no abre y me doy de lleno la jeta contra la puerta. Está cerrada. Dejé las llaves en el auto. Vuelvo al auto y las busco. Vuelvo a la puerta y la abro.
Me siento en el sofá, abro el paquete de puchos y...
11 comments:
Uno de los mejores posts que he leído en estos últimos tiempos. ¡Bravo!
si estabas buscando dulce juraba que estabas en pleno bajón!
pero no.
me gustaría saber hasta qué parte de este relato llega lo realmente sucedido...
No empieces, Lillí. No. Si hubiera tenido ese rico sanguchito que fotografiaste en tu nuevo lugar, hubiera evitado esta infamia.
Alelí querida, no sabés lo que son mis bajones de tabaco.
Polakein, ya te contaré, pero después la cosa siguió.
No me acuse, bronco. No lo haga.
De a ratos, un pucho lo es todo.
Leí este post en el momento justo de mi vida. Ayer me compré mi primer Camel de 10, después de 5 meses de no fumar. Volví, el dromedario me extrañaba.
Agregó: 10 puchos que duraron apenas unas horas de la noche.
El tipo se despierta temprano, se toma el desayuno y sale en bicicleta al laburo. Pasa por el kiosko y ve al dueño a las puteadas. Lo conoce. Se le acerca y le pregunta qué fue lo que pasó. Le explica que no le robaron nada pero que le rompieron el vidrio. Los dos putean a los jovenes de hoy. Manga de drogones hijos de puta, dice el kioskero.
JAS: Y, si.
Virgin: No sabés cómo extraño los Camel. Acá los puchos tienen gusto a sábana vieja.
Orlok: Y no se dieron cuenta que faltaba un paquete de Phillip Morris.
Jaja, los Camel tienen algo en especial creo yo. Cualquier persona que fuma Malboro, te acepta un Philip tranquilamente, o un Lucky, y un día de abstinencia hasta un Viceroy. Los que fuman Philip, más aún.
Pero los que fuman Camel, fuman Camel. Y cuando fuman otro pucho, lo fuman triste.
El único pucho que puede reemplazar al Camel en mi vida, es el Gitans.
Así que, te compadezco.
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