Años después, Morgan volvió a tierra firme para recuperar algunos valores olvidados en su cueva*. Esperó la marea baja para poder acceder y entonces descubrió que sólo quedaban sus botellas de licor de naranja amarga. Del resto, nunca supo qué pasó.
Cogió una botella por el cuello, de un tarascón le quitó el corcho y, desanimado, bebió hasta el hartazgo.
Demasiado borracho para anticiparse a la marea alta, apareció ahogado la mañana siguiente.
En cierta medida, nos sentimos culpables de su desgracia.
*Coordenadas: 12°35′37″N 81°42′19″O
6 comments:
quienes hablan? los hacedores de licores?
ja! Podría ser! No lo había pensado.
por suerte no gusto de los licores.
Gracias por las coordenadas.
Gran relato. Brindo por el buen Morgan
un brindis por Morgan, èl nos estarà acompañando! Por ti amigo Morgan ! por salut !!
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