Dos películas saben transmitir el particular conjunto de sensaciones que provocan los viajes de trabajo: “Fight Club” y “Lost in Translation”. Largos períodos de silencio, amistades ocasionales, cenas solitarias, personajes extraños, incomprensión, situaciones vividas en perspectiva: una cosa lleva a la otra.
El arte de las habitaciones de hotel… ¿Quién pintará esos cuadros?
Hay tres factores que condicionan el glamour del hotel y de la habitación: el puesto de uno en la empresa, el tamaño de la empresa y el rubro. El rubro de la empresa fija la ciudad, el tamaño de la empresa fija el hotel y el puesto de uno en la empresa fija la habitación.
En concreto: ciudad del interior de Brasil, hotel 4 estrellas, una habitación con 1/5 de vista al mar. El balcón es grande y asomándose un poco se puede ver ese 1/5 de mar. Los 4/5 restantes miran a otros edificios. Ventanitas iluminadas, gente comiendo, ordenando cosas, viendo TV, vistiéndose y desvistiéndose. Hace demasiado calor afuera como para quedarse espiando.
Alguien me esta mirando desde una de las ventanas. Es una mujer negra. Está muy transpirada. Me hace unas señas y le respondo indicándole el número de mi habitación. Veo que levanta el tubo de teléfono, habla y ahora suena el teléfono en mi habitación.
La voz de un hombre me dice: “yo sólo te muestro todo lo que puedes hacer”.
Falta un día para el carnaval y estoy encerrado en mi habitación, con las cortinas cerradas. Escucho tambores y tengo mucho frío.
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