Sin fotos ni olores que evoquen sensaciones.
Simplemente escribir y que no aparezca nada en el fondo blanco de la mente.
Sin el samarreo de la realidad, del presente, del hoy, y el ya, y el ahora, y el apurate, y el llegamos tarde.
Parar un minuto. Sin una idea previa.
Sin público.
Sin nada.