En ese camino bidimensional de Pilar...


... me encontré a Dios.

Era canoso, pero le faltaban unos dientes y parecía estar atrapando pájaros. Sentado en el baúl de su Dodge 1500 destartalado y salpicado de Barro.

Me dijo: "Seguí por el callejón del fondo pero no te vayas a quedar... que después ni yo te voy a poder sacar de ahí."

Finalmente pasé un mar de barro como Moisés... Y Cardales como Tierra Prometida.