Entonces, si nos preguntáramos por qué se gastan recursos y
energía en mantener estructuras formales, si éstas suelen ignorarse (Scott
2008); podríamos reafirmar que cuando una organización se enfrenta a problemas
de causas ambiguas y soluciones inciertas, puede terminar adoptando ritualmente
formas institucionalizadas en su contexto, para aumentar su legitimidad y
mostrarle a su entorno que, al menos, intenta hacer algo por mejorar (DiMaggio
y Powell 1983).