Los bastardos marchaban por el bosque con destino al Puente Imperial y comenzaron a oler un fétido vaho a tabaco. Entonces un patético duende blanco se interpuso en su camino y les dijo: “Oye noooo”.
Los bastardos se miraron entre sí… asombrados al ver tan inverosímil personaje. Entonces el Mongol le preguntó al duende: “¿Qué es lo que quieres…” Y antes de poder terminar la pregunta, el duende interrumpió y le dijo: “Espérate, espérate; les contaré la historia del guitarrista manco y el secador de cabello”
Con una notable expresión de fastidio, accedieron a escuchar al duende, quien les contó el siguiente relato…
“Un niño que nunca había estado en buffe de los grandes, se para en la fila, espera su turno y empezó a servirse de cuanta cosa había, fueron tantas que requirió dos platos grandes. Se fue a la mesa y cuando llego a ésta, su madre le dijo: Caray veo que tienes mucha hambre hoy. Empezó a comer y cuando iba por la mitad del primer plato, se intentó parar y en ese momento su madre lo detuvo y le dijo: ‘Si te serviste todo eso, ahora te lo comes’, paso varias horas detrás de la mesa pretendiendo meterle a su pequeño estomago tan enorme cantidad de comida, salio con dolor de estomago y se perdió de los juegos con sus amigos esa tarde por el malestar y pesadez. Moraleja: Sírvete poquito y si quedas con hambre, repite.”
Al finalizar, el Polaco Pendenciero le dijo al duende: “¿Y esto qué mierda tiene que ver con el guitarrista manco y el secador de…” Nuevamente el duende interrumpió la pregunta y dijo “Ssssssssssssssssssssssssi te fijas bien podrás entender lo difícil que es tratar con esos carajos...”
Finalmente, el duende blanco colmó la paciencia de los bastardos y éstos procedieron a atar al duende a un árbol, robarle su tabaco y su ron, rociarlo con su propio ron, prenderlo fuego a él y a todo su aborrecible bosque.
Ya lejos del bosque, los bastardos reían al escuchar los alaridos del duende, quien gritaba “¡Coño, Vaina!” como un puerco, y brindaban con whisky… regocijándose de haber terminado de una bendita vez con ese maldito personaje, a quien en poco tiempo llegaron a odiar con cada pulgada de su cuerpo.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment