Me senté en el borde de la pileta del hotel y en el agua se reflejaba el altiplano. Soñaba con los caminos a las yungas.
Y me zambullí en la altura. El destino de los pioneros… Que se ve desde lo lejos como una frontera sin límite.
Estábamos con Jefferson, charlando. Reencontrados.
Y se convirtió en cóndor para volar hacia lo lejos.
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