Partiendo de sus señales, Lo encontré.
Las leyes físicas me llevaron a preguntar quién las habría formulado. No había quedado satisfecho con sólo el desarrollo de modelos matemáticos que describieran sus efectos.
Las leyes de la naturaleza también revelaron efectos de aspecto sociológico y evolutivo que me permitieron ver la disociación entre la explosiva tendencia hacia el equilibrio del entorno del hombre y la explosiva tendencia hacia la autoeliminación típica de éste.
Repentinamente dije “es cierto: el hombre es libre.”.
“¿Y libre para qué?” pregunté luego.
“No importa libre para; importa cuán libre sea.”
“¿Entonces sería libre incluso para desacreditar una verdad evidente?
“Así es.”
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