Permanecí allí parado hasta que dejé de ver al sol. Eché raíces en la arena y bebí agua hasta quedar dormido.
En mi sueño aparecía ella levitando envuelta en luz y seda. Su cuerpo se iba disolviendo en el agua de mar y la volvía dulce para que yo pudiera beberla. Finalmente su esencia se disipaba completamente en el océano y llegaba hasta mis raíces.
Cuando desperté entendí que fue ella quien me mantuvo vivo durante mi travesía por el desierto.
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1 comment:
que bueno que está este...como me gusta. Lo que te llevó hasta ahí es ahora lo que te mantiene vivo....me gustan las paradojas.
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