Varón: Disculpá. ¿Tenés fuego?
Mujer: Bancame. Tomá.
V: Gracias.
M: De nada.
V: Vos sos la prima, no?
M: Si. Y vos sos amigo de la facu, no?
V: Si, soy Gastón. Vos?
M: Paula.
Gastón: Ah, creo que me acuerdo de vos… En nuestra entrega de diplomas estabas con una remera de Joy Division.
Paula: Así es… Tenés buena memoria.
G: Y, pasa que ya nadie escucha ese tipo de bandas. Entonces cuando ves a alguien que las escucha, te emocionás.
P: Me suele pasar algo parecido.
G: Con qué?
P: Con la forma que tienen los hombres de iniciar una conversación. Me acuerdo de esos detalles.
G: Entonces te olvidarás fácilmente de mi; porque mi acercamiento no fue, lo que se dice, sobresaliente… Sólo te pedí fuego.
P: El móvil no es lo importante. Mucha gente se te acerca con grandes declaraciones pero actúan como si estuvieran vendiéndote una calculadora en el bondi. Grandes frases, pero prefabricadas.
G: Si, puede ser. De todos modos…
P: Uy, van a cantar el feliz cumple. Voy para adentro.
G: (Esta mina ni siquiera mira para acá. Qué histérica del orto. Cómo me rompen las bolas las minas así.)
P: (Tan entusiasmado que estaba y ahora ni bola. Es un forro.)
G: (Loca, al menos mirá para acá para darme pie; la puta digo.)
P: (Capáz sólo quería fuego…)
G: (Bueh, ya fue.)
P: (Bueh, ya fue.)
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