Estaba felizmente de novio cuando la mina que nunca me había dado bola me vino a buscar.
Mi novia me dejó.
Se le fueron las ganas a la mina que nunca me había dado bola.
Dejé el laburo para dedicarme plenamente a la facultad.
Recursé tres materias y me atrasé dos años.
Volví con mi antigua novia, pero ya no era lo mismo.
Ella quedó embarazada.
No pude recibirme ni encontrar laburo.
Decidimos casarnos de apuro.
Me dejó en el altar.
Durante dos semanas enteras almorcé y cené la comida de la boda.
Estuve internado tres días por intoxicación.
El bebé no era mío.
No pude seguir pagando el alquiler.
Mi mejor amigo fue padre de ese bebé.
Debí vender todas mis pertenencias, excepto una sábana blanca.
Esa sábana blanca me llevó hasta donde estoy ahora.
Nunca pude agradecerle ni conocer a la única persona que tuvo un gesto amable conmigo en estos últimos tiempos.
Ese gesto amable fue pagar la lápida que Usted estuvo leyendo hasta ahora.
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