Cuando uno ya no sabe de qué amargarse, se entretiene buscando motivos para hacerlo, pero se amarga de no encontrar ninguno. La realidad también funciona así, mediante la paradoja; y por lo tanto es absurdo buscarle una mecánica.
Es por ello que puse al enano de yeso en la entrada de mi casa: para que la gente le deje algo y el enano le de algo a cambio. El enano siempre le dejará una enseñanza a quien le deje algo y eso será así por el simple hecho de que éste la estará esperando. La vida nos enseña a cada momento y fundamentalmente en las situaciones que más nos incomodan e incluso nos hacen sentir mal. Precisamente, los momentos felices hay que disfrutarlos sin cuestionamientos y los momentos difíciles hay que sobrellevarlos meditando.
Las imagen de Jesús poniendo la otra mejilla es algo tan poderoso como un riff de heavy metal. Él nos intentó enseñar eso y nunca lo entendimos. La valentía más grande está en resistir y seguir amando y no en rechazar y contraatacar. El amor eterno y constante es un electroshock que no se detiene.
Nos quejamos de la carrera armamentista de Estados Unidos, pero no reparamos en respetar los gestos más básicos: como saludar a nuestros vecinos. Somos tan reprobables como el mozo que te atiende mal porque está frustrado por no ser el dueño del restaurante en donde trabaja.
Creemos que nos distanciamos de la frivolidad al criticarla. Pero para criticar algo concienzudamente hay que contar con detalles precisos… ¿Y qué cosa es más frívola que conocer en detalle la frivolidad? Ahí esta de nuevo la paradoja… Y como diría Max: “What comes around, goes around.”.
No critiquemos a otros sin antes criticarnos a nosotros mismos. No tiremos la piedra sin hacer un previo examen de conciencia. Criticar es fácil, amar es difícil. Criticar es impulso, amar es voluntad.
En la medida que entendamos que hay más respuestas que preguntas, nuestras vidas serán más alegres. Y no seremos precisamente boludos alegres; porque los boludos alegres no se hacen preguntas. Hagámonos preguntas, pero antes roguemos a Dios que nos de dos respuestas por cada pregunta que le hagamos al cielo. La única manera de ser felices es olvidarnos del malvado tropismo del ser humano, que es aquél que nos lleva a desear la contradicción. La contradicción es imposible de alcanzar; y con ello, la felicidad resulta lejanísima.
Desde chico me gustaron mucho las tortugas; y luego de ver en National Geografic Channel a una tortuga marina mordiendo a una medusa sólo para gozar de los efectos alucinógenos de su veneno; comprendí que la naturaleza nos brinda sustancias que sirven exclusivamente para satisfacer al apetito del alma. Uno puede entrenar al paladar para que sepa disfrutar de los más exquisitos manjares, de la misma manera que uno lee las más exquisitas obras literarias para enaltecer la mente; y a su vez, uno tiene la posibilidad de alimentar al alma para liberarla de todas las cadenas terrenales, a fin de elevarla hasta el más sublime estadio.
En definitiva: el Stoner Rock comprueba la existencia de todo esto. Aunque nadie lo entienda; verán a mucha gente avanzar inmutablemente en la desolada ruta de la soledad. La desolación es aceptación y la aceptación es calma. ¡Salud! Disfruten del Stoner Rock.
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment